Orientación Educativa
Revista Pilquen • Sección
Psicopedagogía • Año XV • Nº 10, 2013 Recibido: 22/05/13 • Aceptado: 30/05/13
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La orientación educativa es un área que
se ha ido transformando a lo largo de la historia, México como en el mundo
entero, el desempeñarse como orientador educativo no es tarea fácil, requiere
el desarrollo de diversas competencias con la finalidad de alcanzar el objetivo
de favorecer el proceso de aprendizaje y ayudar a los alumnos en su desarrollo
personal y profesional.
En la actualidad se habla que un
profesionista debe de contar con una serie de competencias que le ayuden a
desarrollar su trabajo, en el ámbito de la orientación se aprobó en el 2003 en
la Asamblea General de la Asociación Internacional de Orientación Educativa y
Profesional (AIOEP) las competencias internacionales relativas a los
profesionales de la orientación y la educación, las cuales se identifican a
continuación.
Competencias
centrales y especializadas
Entre las competencias centrales o
generales se encuentran las que se refieren a la responsabilidad profesional y
el comportamiento ético, el desarrollo del cliente, el respeto y la sensibilidad
hacia la diversidad cultural, el autoconocimiento, la formación permanente en
teoría y práctica, la investigación en el trabajo y las habilidades para la
cooperación (Asociación Internacional de Orientación Educativa y Profesional
1995). Los bloques de competencias especializadas, que recogen competencias
específicas, son los que se refieren al diagnóstico, la consulta, la
investigación, la gestión de programas y servicios, el desarrollo comunitario y
el empleo (AIOEP 1995), son competencias
consideradas básicas para el desempeño de una labor eficiente en la
orientación, aun cuando éstas son parte de un proceso de formación y
profesionalización de los orientadores.
Funciones
Básicas del Orientador
Las funciones del orientador varían
dependiendo de las necesidades de la institución así como del nivel educativo
en el que se desarrolle la actividad de orientación pero podemos mencionar
cuatro funciones básicas según Caballero (2005) establece:
ü Función diagnóstica. Trata la valoración y el diagnóstico
de las necesidades del sujeto para posibilitar su autoconocimiento y el
desarrollo de su proyecto vital.
ü Función de ayuda. Esta engloba tareas como el
asesoramiento y el consejo personal, la formación en la búsqueda y utilización
de la información, la ayuda en el proceso de toma de decisiones y el apoyo en
el desarrollo del proyecto vital.
ü Función de planificación, organización y coordinación de
la intervención. A través de esta intervención participan los programas educativos, con
especial atención a los contextos donde se desarrollan los agentes educativos
implicados, los recursos y las actividades consideradas.
ü Función de evaluación e investigación de la propia acción
orientadora. Se afronta la evaluación en el nivel global y específico, se informa de
las investigaciones más relevantes y se utilizan las conclusiones de éstas en
la práctica orientadora. Se investiga sobre la propia intervención orientadora.
Diferencia
entre las funciones y el perfil del orientador según el nivel educativo
Dentro de
cada nivel educativo se requiere un perfil determinado para cumplir
adecuadamente las funciones de orientación de acuerdo con las características
únicas del alumnado.
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